Ingredientes que no verás aquí


Ingredientes (más comunes) que presentan riesgo para la salud
Ponemos los ingredientes que están en convencional (tipo de ingrediente (por ejemplo siliconas), donde está frecuentemente y para qué lo usan, efectos negativos para la salud y medio ambiente
Si tuviésemos que analizar uno a uno los ingredientes presentes en cosmética convencional no aptos para nuestra salud, esta lectura sería tediosa, por ello damos aquí una pincelada de algunos de los compuestos más dañinos (¡que no son los únicos!):

Aceites minerales y grasas derivadas del petróleo:
Presentes en: Todo tipo de productos, sobre todo en aquellos que tienen consistencia grasa como cremas hidratantes, mascarillas, bálsamos labiales, pintalabios…
Uso: Se usan en vez de aceites vegetales porque son más baratos y la piel los absorbe más rápido. Sirven como conservantes y para aportar esa apariencia cremosa en los cosméticos. Algunos forman una película sobre la piel para darle un aspecto “hidratado” cuando hacen lo contrario, extraer la humedad de la piel (un ejemplo es la sequedad o agrietamiento de los labios al dejar de usa un bálsamo labial con estas vaselinas y parafinas) y a la larga terminan resecando.
Efecto nocivo: Taponan los poros de la piel (promoviendo el acné, las reacciones alérgicas, sequedad e irritación) y son contaminantes ambientales muy difíciles de degradar y depurar. El cuerpo humano no las puede transformar ni eliminar. En el caso de parafinas y ceras cuando se tragan (por ejemplo con su uso en pintalabios) se almacenan en riñones, hígado y nódulos linfáticos. Incluso se han descrito reacciones inflamatorias en las válvulas cardíacas. Según la OMS una persona no debería absorber más de 0,1 mg diario por kg de peso corporal, pero solo con usar varias veces un pintalabios o protector solar puede sobrepasarse esta frontera.
Algunas palabras clave para identificarlos en etiquetas: Mineral oil, paraffinum, carbomer, petrolatum.

Siliconas y otros derivados del petróleo:
Presentes en: Todo tipo de productos, de higiene, capilares, faciales y maquillajes (ese efecto máscara de pestañas waterproof es gracias a las siliconas). Este grupo de sustancias es tan amplio que es muy difícil encontrar en cosmética convencional un producto sin ello.
Uso: Se obtienen de los residuos de la destilación del petróleo (o del silicio en el caso de las siliconas) vez de aceites vegetales porque son más baratos y la piel los absorbe más rápido. Algunos forman una película sobre la piel para darle un aspecto “hidratado” cuando hacen lo contrario, extraer la humedad de la piel
Efecto nocivo: Hay diferencias de toxicidad entre unas siliconas y otras, pero todas son persistentes en nuestro organismo. Algunas están catalogadas como disruptor endocrino (sustancia capaz de alterar el sistema hormonal) y nocivas para el sistema reproductor, inmunológico y nervioso.
Algunas palabras clave para identificarlos en etiquetas: los podemos encontrar con múltiples nombres, casi todos con la terminación –cone o –xane (si el INCI está en castellano terminarían en –cona o –xano)

Emulsionantes derivados del petróleo como los polietilenglicoles (PEG):
Presentes en: Champús, sprays para cabello, cremas, maquillajes, protectores solares, toallitas para bebés, dentífricos y otros productos de higiene.
Uso: Se usan como emulgentes(para ligar la grasa con el agua), tensioactivos o detergentes. Introducen el resto de ingredientes más fácilmente en la piel.
Efecto nocivo: En su fabricación participan gases extremadamente tóxicos (como el óxido de etileno) por lo que pueden contener residuos de sustancias tóxicas (dioxinas) catalogadas como cancerígenas. También se usan para favorecer la permeabilidad de la piel a otras sustancias nocivas presentes en el propio cosmético o en el entorno.
Algunas palabras clave para identificarlos en etiquetas: Todos los ingredientes que contengan las palabras PEG, PPG, Polyehtylene, Ceteareth, ceteth, hydroxypropyl o la terminación “eth”. Las sustancias como las dioxinas no las veremos en las listas de ingredientes pero pueden estar asociadas a las palabras anteriores, no estando prohibidas por la legislación por no superar el umbral de seguridad establecido.

Derivados del aluminio:
Presentes en: Sobre todo en desodorantes y antitraspirantes.
Uso: Se usan para taponar las glándulas sudoríparas evitando la proliferación del sudor.
Efecto nocivo: La toxicidad del aluminio depende muchísimo de su capacidad de penetrar dentro del cuerpo, y esto es función del tipo de molécula en la que se encuentra este elemento. Los compuestos naturales de aluminio como las arcillas o el alumbre no presentan los efectos adversos de las sales sintéticas. Estas últimas pueden provocar trastornos cutáneos como eccemas, tienen efectos como disruptores endocrinos (son sustancias hormonalmente activas, es decir al imitar o alterar el efecto de las hormonas, los disruptores endocrinos pueden enviar mensajes confusos al organismo ocasionando diversas disfunciones). Inflaman las glándulas sudoríparas y provocan la acumulación de desechos en las regiones que se aplican. La acumulación de aluminio puede favorecer la proliferación de enfermedades degenerativas del sistema nervioso como el alzheimer. El cáncer de mama ha sido asociado por numerosos estudios, con más o menos fuerza, a multitud de sustancias químicas que imitan la acción de las hormonas o que la alteran. El “cóctel químico” que se produce en nuestro organismo por la exposición a varias de ellas es el mayor peligro.
Algunas palabras clave para identificarlos en etiquetas (en las formas que es peligroso): Aluminium Chloride, Aluminium Chlorhydrate, Aluminium Chlorohydrex, Aluminium Chlorohydrex PG, Aluminium Fluoride, Aluminium Sesquichlorohydrate, Aluminium Zirconium Trichlorohydrex GLY.

Bases detergentes:
Presentes en: Son ingredientes comunes en champús, geles de baño, jabones líquidos y dentífricos.
Uso: Se usan como tensioactivos para generar la tan deseada espuma.
Efecto nocivo: Pueden resecar el pelo, provocar reacciones alérgicas, son irritantes y pueden favorecer la pérdida del cabello. Los tensioactivos aniónicos fuertes son especialmente irritantes para la piel a parte que en su elaboración generan un tipo de contaminante secundario peligroso que es posiblemente cancerígeno (1,4-dioxano). Ese contaminante aparece en los procesos de etoxilación utilizados entre otros para la elaboración del Sodium Lauryl Sulfate, Sodium Laureth Sulfate, Ammonium Lauryl Sulfate…etc. El Sodium Laureth Sulfate no parece ser por sí mismo especialmente dañino, pero tiene una particularidad y es que “atrapa” las partículas de los metales pesados y les ayuda a penetrar en nuestro organismo.
Algunas palabras clave para identificarlos en etiquetas: Amonium Lauryl Sulfate, Disodium Laureth Sulfosuccinate, Sodium Myreth Sulfate, Sodium Laureth Sulfate, Sodium Lauryl Sulfate, Sodium Lauryl Sulfoacetate (los últimos a veces escritos SLS).

Hidroquinona:
Presente en: Tintes para cabello y productos con los que se persiga blanquear la piel. Su contenido en cosméticos está limitado debido a su toxicidad.
Uso: Blanqueante
Efecto nocivo: Balanqueante de la piel y cabello altamente tóxico. Al reducir la melanina aumenta la exposición de la piel a los rayos UV.
Palabra clave para identificarlo en etiquetas: Hydroquinone

Fenilenediamina:
Presente en: Tintes para cabello.
Uso: También se usa mezclada con henna para tatuajes temporales.
Efecto nocivo: Puede producir dermatitis alérgica con desarrollo de lesiones alrededor del cuero cabelludo, los párpados y las orejas. Los peluqueros pueden desarrollar eccemas en las manos por el contacto continuado con esta sustancia.
Palabra clave para identificarlo en etiquetas: P-Phenylenediamine Sulfate.

Filtros UV de origen químico:
Presentes en: Protectores solares convencionales, incluso en las marcas más cara y “exclusivas”.
Uso: Son absorbentes de rayos UV, cuanto mayor es el factor de protección solar mayor es la concentración de este tipo de ingredientes. Se usan en geles y perfumes para evitar que se degraden con la luz. La piel los absorbe muy fácilmente. Son ingredientes baratos, que pueden sustituirse una opción sana, los filtros físicos (son los que usan las cremas ecológicas certificadas).
Efecto nocivo: Se acumulan en nuestro tejido adiposo no estando estudiados los efectos de esto a largo plazo. Está demostrado científicamente que algunos de estos filtros son disruptores hormonales (pueden comportase como hormonas sexuales o tiroideas). En el caso de la benzofenona se ha encontrado también su relación con reacciones fotoalérgicas (cuando los rayos solares entran en contacto con la piel impregnada en ciertos productos químicos se produce una reacción de enrojecimiento y vesículas), además de ser tóxica para el sistema nervioso. Mujeres con planes de tener hijos, embarazadas, lactantes y niños no deberían usar en ningún caso protectores solares con estos filtros químicos porque pueden influir en el desarrollo físico y psíquico del bebé.
Algunas palabras clave para identificarlos en etiquetas: Benzophenone (seguida de un número), Camphor Benzalkonium Methosulfate (MBC), 4-Methyl-Benzylidencamphor (4-MBC), Octyl o Ethyl-Hexyl-Methoxycinnamate (OMC), Octyl-Dimethyl-Para-Aminobenzoic-Acid (OD-PABA), 3-Benzylidencamphor, Octocrylene, Butyl-Methoxydibenzoylmethane, Drometrizole Trisiloxane, Ethylhexyl Methoxycinnamate, Ethylhexyl Triazone, Homosalate, Isopropyl Dibenzoylmethane.

Disulfuro de selenio:
Presente en: Champús anticaspa y acondicionadores.
Uso: Como anticaspa.
Efecto nocivo: Es un ingrediente posiblemente neurotóxico y está clasificado como posible carcinógeno.
Palabra clave para identificarlo en etiquetas: Selenium sulfide

Triclosan, triclocarban y chlorhexidine:
Presentes en: Jabones, dentífricos, desodorantes, espuma de afeitar y otros productos de higiene personal.
Uso: Antibacterianos, aunque no se ha demostrado que sean más efectivos matando bacterias que el jabón tradicional.
Efecto nocivo: Se acumulan en los tejidos e incluso se han detectado en la leche materna. Tienen efectos como disruptores hormonales y afectan a la flora positiva (sobre todo en boca) favoreciendo la aparición de baterías resistentes. El triclosán pueden alterar la función hepática y suele estar contaminado con nitrosaminas (demostradas cancerígenas).
Palabra clave para identificarlos en etiquetas: Triclosan, Triclocarban, Chlorhexidine.

Acido bórico y borato de sodio:
Presentes en: Aparecen en cremas para irritaciones del pañal.
Uso: Son conservantes que la piel absorbe fácilmente.
Efecto nocivo: Los niños son especialmente sensibles a estos compuestos. Una exposición continuada a estos compuestos puede resultar cancerígena.
Palabra clave para identificarlos en etiquetas: Triclosan, Triclocarban, Chlorhexidine.

Ftalatos:
Presentes en: Perfumes, pintauñas y pintalabios.
Uso: Se usan por ejemplo para desnaturalizar el alcohol en los perfumes.
Efecto nocivo: Tienen efectos como disruptor hormonal, afectan al sistema reproductor y están relacionados con el cáncer.
Palabra clave para identificarlos en etiquetas: Diethyl Phthalate, Dimethyl Phthalate. El problema es que muchas veces no están indicados con estos nombres en el listado de ingredientes porque están incluídos dentro de la palabra “fragance” o “perfum” (ojo, que no es igual que estas palabras en cosmética ecológica certificada, donde el aroma viene dado por aceites esenciales)

Compuestos de amonio cuaternario (quats y poliquats):
Presentes en: Están en gran número de productos cosméticos.
Uso: Se usan como conservantes, surfactantes, acondicionadores y germicidas.
Efecto nocivo: Son irritantes de ojos. Bastantes personas son alérgicos a ellos, pueden producir dermatitis de contacto y síntomas asmáticos. Cuando se usan con agua caliente aumenta su inhalación.
Palabra clave para identificarlos en etiquetas: Benzalkonium, Cetrimonium, Quaternium, Polyquaternium, Estearamidopropil Dimetilamina, Hydroxy-Propyltrimonium Chloride.

Trietanolamina (TEA), dietanolamina (DEA) y monoetanolamina (MEA):
Presentes en: En forma simple o formando compuestos están presentes en muchos cosméticos.
Uso: Se usan como aditivos (conseguir texturas, estabilizar, dar color…).
Efecto nocivo: Cuando estos compuestos están en un producto, pueden reaccionar con nitritos presentes en el mismo, dando lugar a las cancerígenas nitrosaminas. Ha de tenerse precaución con las sustancias que contengan las sílabas [DEA], [MEA] o [TEA] por dar lugar a detergentes de efecto cancerígeno. Tras absorberse por la piel se acumulan en órganos como el cerebro. En aguas son contaminantes para la vida animal.
Palabra clave para identificarlos en etiquetas: Triethanolamine (TEA), Diethanolamine (DEA), Monoethanolamine (MEA), cocamide DEA, lauramide DEA/MEA.

EDTA:
Presente en: Un amplísimo abanico de productos cosméticos (todo tipo de cremas, productos capilares, cosmética decorativa, productos de higiene, etc…)
Uso: Se usa muy frecuentemente en una amplia variedad de productos, y a menudo aparece en cosméticos que se comercializan como “naturales” o lo que es peor “ecológicos”. Evidentemente son productos sin ningún tipo de certificación oficial al respecto.
Efecto nocivo: Se acumula en nuestro organismo. Si bien, su principal problema es ambiental ya que favorece que los metales muy tóxicos vayan a parar a las aguas y se depositen en el fondo de los cursos formando compuestos muy difíciles de degradar que se convierten en una amenaza permanente.
Palabra clave para identificarlo en etiquetas: EDTA y todos los ingredientes que contengan esta abreviación.

Tolueno:
Presente en: Quitaesmalte y esmalte de uñas
Uso: Se usa como disolvente.
Efecto nocivo: Es un irritante de ojos, garganta y pulmones. Puede provocar fatiga, dolores de cabeza y náuseas. Deben evitarlo las mujeres embarazadas por el riesgo que supone para el feto. El tolueno es más peligroso si va contaminado con benceno (cancerígeno)
Palabra clave para identificarlo en etiquetas: Toluene.

Bronopol:
Presente en: Toallitas para bebé, acondicionadores y geles de baño.
Uso: Se usa como conservante.
Efecto nocivo: Es tóxico para el sistema inmunológico y actúa como disruptor endocrino. Se degrada formando formaldehido y nitrosaminas (ambos cancerígenos)
Palabra clave para identificarlo en etiquetas: 2-Bromo-2-Nitropropane-2,3-Diol.

Formaldehido y sus derivados:
Presentes en: Geles, champús, desodorantes, espuma de afeitar, revitalizadores de uñas y pelo. Las concentraciones más altas se encuentran en las lacas de uñas. Muchos autobronceadores contienen dihydroxyacetone (DHA) que después de la exposición solar se descompone generando formaldehido a nivel cutáneo.
Uso: Se usa como conservante.
Efecto nocivo: Está incluido en la lista de sustancias cancerígenas del Instituto Internacional de Investigación del Cáncer de la OMS (sobre todo vinculado al cáncer de nasofaringe y leucemia). Este compuesto penetra muy fácilmente en la piel e incluso en dosis muy pequeñas es un potente alérgeno e irritante. Como tal el formaldehido ya no se usa, pero si sus derivados que pueden liberarlo favoreciendo dermatitis, eccemas, erupciones, dolores de cabeza, depresión, fatiga crónica, infecciones de oído e insomnio.
Palabras clave para identificarlos en etiquetas: Formaldehide, Aldioxa, Alcloxa, Allantoin (o compuestos con este vocablo), DMDM Hydantoin, MDM Hydantoin, Diazolidinyl Urea, Imidazolidinyl Urea.

Compuestos halógeno-orgánicos:
Presentes en: En aquellos productos que contienen cloro, bromo o yodo.
Uso: Se usa como conservante.
Efecto nocivo: Muchos son productores de alergias y se acumulan en el organismo dando problemas de salud. Son sospechosas de poder influir en el cáncer.
Palabras clave para identificarlos en etiquetas: Methylchloroisothiazolinone, Methyldibromo Glutaronitrile, Iodopropynyl Buthylcarbamate, Chloroxylenol, Chlorphenesin y cualquier otro ingrediente que contenga las palabras “chloro”, “bromo”, “iodo”. (No confundir con “chlorid”, “bromid”, “iodid”, que suelen ser componentes inocuos de sales)

Parabenes:
Presentes en: Todo tipo de productos cosméticos, cremas, maquillaje, capilares, afeitado e higiene del bebé.
Uso: Se usan como conservantes ya que tienen propiedades bactericidas.
Efecto nocivo: Los parabenes atraviesan la piel, son xenoestrógenos y disruptores endocrinos, es decir, una vez han penetrado en el cuerpo humano imitan la acción de las hormonas femeninas e interfieren con el sistema endocrino. En análisis de tumores mamarios se han detectado estas sustancias, que se están relacionando con el cáncer de mama. En desodorantes es especialmente importante evitarlos, por la cercanía de las glándulas mamarias.
Palabra clave para identificarlos en etiquetas: Methylparaben, Ethylparaben, Butylparaben, Propylparaben.

Fenoxietanol:
Presente en: Todo tipo de productos cosméticos, se usa como sustituto de los parabenos y es frecuente verlo en productos que tienen el lema de “sin parabenos”.
Uso: Es un conservante con poder bactericida.
Efecto nocivo: Es tóxico para el sistema inmunitario, irritante y puede provocar reacciones alérgicas.
Palabra clave para identificarlo en etiquetas: Phenoxyethanol.

Thimerosal:
Presente en: Productos para ojos, como gotas y líquido para lentillas, en cosméticos y hasta en vacunas.
Uso: Es un conservante a base de mercurio.
Efecto nocivo: El mercurio es tóxico para el sistema nervioso y puede provocar irritaciones y reacciones alérgicas.
Palabra clave para identificarlo en etiquetas: Thimerosal.

Fragancias:
Presentes en: Son el ingrediente más común de todos los productos cosméticos. ¿Cómo resistirse a un cosmético con “buen” aroma?
Uso: Las fragancias sintéticas son una forma muy barata de conseguir infinidad de aromas para todo tipo de productos.
Efecto nocivo: La mayoría de los perfumes utilizados son alergénicos potenciales. Para crear ciertos aromas pueden usarse un cóctel de sustancias químicas que pueden resultar peligrosas.
Palabra clave para identificarlos en etiquetas: Fragance, Parfum, Aroma. ¡Pero atención! ¡Estas denominaciones pueden referirse a más de 3.000 ingredientes! Los perfumes con “Fórmula Secreta” son un enigma y para el consumidor una odisea por descubrir. “Perfum” es un cajón desastre en el que se puede incluir cualquier sustancia que se añada al cosmético para aromatizarlo. Ahí enmascarados puede haber compuestos como los peligrosos ftalatos o toluneno. El problema desaparece en el caso de un cosmético ecológico CERTIFICADO (sino está certificado puede que no haya garantía de ello) este ingrediente oloroso será uno o varios aceites esenciales extraídos de alguna planta. Al tener una «formula secreta», los fabricantes no estan obligados a decir todo lo que lleva el perfume en su composición, por lo cual solamente verás la palabra «perfume» en el listado de ingredientes sin saber en qué consiste este perfume.

Musk (Almizcle sintético):
Presente en: Cosméticos que llevan este olor.
Uso: Se sintetizan químicamente diferentes moléculas para conseguir ese olor.
Efecto nocivo: Hay moléculas que se usan para obtener este olor que están restringidas por presentar problemas de toxicidad.
Palabra clave para identificarlo en etiquetas: Musk Ketone

Plomo:
Presente en: Cosmética decorativa, especialmente se encuentra en los colorantes que se usan para pintalabios y pintauñas.
Uso: Está en algunos pigmentos y se usa para conseguir que el color tenga una larga duración tras aplicarlo, como por ejemplo esos labiales de marcas convencionales que duran y duran…
Efecto nocivo: El plomo tiene efectos nocivos tanto si se ingiere como si se inhala. En el caso de productos labiales la absorción es mayor ya que la semi-mucosa que compone los labios tiene una absorción mayor que la piel común del resto del cuerpo. La toxicidad del plomo puede afectar a cualquier sistema del cuerpo, aunque el sistema nervioso central es el más sensible a la exposición a este metal. La exposición al plomo puede provocar problemas en el aprendizaje y el lenguaje, así como trastornos de conducta y agresión. Las mujeres embarazadas y niños pequeños (que pueden absorberlo varias veces más que los adultos) son más sensibles a este tipo de efectos. A nivel molecular, la toxicidad involucra procesos bioquímicos fundamentales. Entre ellos, el plomo tiene la habilidad de inhibir o mimetizar las acciones del calcio e interactuar con ciertas proteínas.
Palabra clave para identificarlo en etiquetas: No aparece como tal en las etiquetas pero va ligado como contaminante a ciertos colorantes.

Nanopartículas:
Presente en: Sobre todo en protectores solares.
Uso: Se usan para hacer que los cosméticos sean menos grasos y más fáciles de untar, penetrando más fácilmente en nuestra piel.
Efecto nocivo: Son partículas tan pequeñas (100.000 veces más pequeños que la anchura de un cabello humano) que tienen la capacidad de atravesar nuestra piel, cruzar las membranas de las células y vasos sanguíneos y llegar hasta el ADN. Un ingrediente que a priori es inocuo, cuando está en forma de nanopartículas puede convertirse en un problema (las reglas normales no son aplicables a escala nanométrica). Todas las nano partículas son capaces de cruzar la barrera de la placenta entre la madre y el feto. Aún no están muy estudiados sus efectos en el organismo humano y están apareciendo estudios para vislumbrarlos, porque ya se ha comprobado su capacidad de matar células madre cerebrales en ratones y destruir células de colon en concentraciones ínfimas así como producir cambios genéticos en ratones embarazadas y se ha asociado a la enfermedad de Alzheimer, autismo y epilepsia. Se asocia también a una reducción de la fertilidad masculina.
Palabra clave para identificarlo en etiquetas: De forma obligatoria según el Reglamento Europeo que regula los productos cosméticos, los ingredientes que estén presentes en forma de nanopartículas han de ir indicados en el INCI (listado de ingredeintes) con el sufijo “nano”.

Otros contaminantes:
Al provenir muchos de los ingredientes de los cosméticos de la industria química, es posible la presencia de sustancias que de forma involuntaria han contaminado el producto en su proceso de obtención. El problema de estos contaminantes es que no aparecen en el listado de ingredientes (puesto que “no forman parte” de la formulación del cosmético), pero pueden estar ahí. Y quizá no todos los fabricantes llevan a cabo procesos de control de calidad suficientes que impidan la presencia de estas sustancias.

Por todo lo anterior…
Como veis, el mundo de los ingredientes de los cosméticos convencionales es complejo. Afortunadamente, NINGUNO de los ingredientes anteriores es NECESARIO para formular un buen cosmético, todo lo contrario. No es que haya una alternativa a cada una de estas sustancias, es que su inclusión no está justificada ni siquiera por cuestiones de eficacia a la hora de conseguir un determinado efecto en la piel.

Las grandes marcas a menudo hacen referencia a los activos naturales de sus cosméticos, como la principal riqueza de sus productos. Sin embargo, no es solo la ausencia de las cantidades mínimas de principio activo que serían necesarias para los efectos que se anuncian, sino la cantidad de sustancias del listado anterior que a menudo acompañan a ese supuesto ingrediente natural. ¿Cuál es el beneficio entonces, si esos ingredientes naturales están en cantidades ínfimas en la formulación y además nos llenamos la piel de químicos de síntesis que distorsionan las propiedades originales de las plantas y las obnubilan con plásticos, colorantes, conservantes, organismos modificados genéticamente, aromas sintéticos…? Para la empresa que lo produce está claro, es más barato un buen marketing que mejorar la calidad de los ingredientes.

Os invitamos a mirar la etiqueta de alguno de esos productos que hay por casa, y ver (de su a veces interminable listado de ingredientes), que sustancias son aquellas que van a cuidar/regenerar/rejuvenecer/hidratar (o lo que sea) de verdad la piel. Imaginamos que os sorprenderéis si curioseáis un poco.
Pero ESTAMOS DE SUERTE, porque tenemos a nuestro alcance la mayor variedad de Andalucía en tienda física de productos totalmente naturales, ecológicos que es mucho mejor (certificados como tales), y con eficacia demostrada para cualquier exigente objetivo que se nos ocurra pedirle a un COSMÉTICO DE CUALQUIER TIPO.
No solo ciencia y expertos en belleza avalan la cosmética econatural, cada vez más clientes se están haciendo fieles incondicionales de este tipo de cosmética sana, al experimentar en sí mismos sus beneficios y ver resultados sorprendentemente favorables. Quien prueba la cosmética econatural de calidad, se enamorara de ella para siempre.

Cómo elegir
Para hacer la mejor elección es fundamental informarnos y asesorarnos por un buen profesional, no tanto del ámbito de la estética ni cosmética convencional, sino experto en cuidado de la piel con productos realmente econaturales. O al menos que sepa discernir cuando un cosmético tiene ingredientes de calidad y cuando está plagado de ingredientes baratos, nocivos, de síntesis química, o cuando si se trata de ingredientes naturales son de calidad (ojo, no vamos a defender a ultranza todo lo natural, que las calidades varían mucho de unos casos a otros)
Mejor aún si estos profesionales tienen conocimientos de formulación, de toxicología de las sustancias químicas, de salud ambiental y por supuesto de la combinación de salud-dermatología-belleza. Profesionales con los que poder aprender a desgranar los entresijos de las etiquetas e ingredientes, para que no nos den “gato por liebre” y usemos el mejor producto que podemos usar.
A pesar de esto, y aún para personas con conocimientos de cosmética ecológica recomendamos buscar siempre la certificación ecológica en los productos, que en los tiempos que corren es una garantía de calidad cada vez más necesaria.
Los cosméticos que están certificados como naturales o ecológicos, han sido controlados por organismos certificadores que los avalan en caso de contener su sello y garantizan que “son lo que son, sin trampa ni cartón”. Es posible también que un mismo producto obtenga más de una certificación, y por tanto en el mismo cosmético aparezcan varios sellos.
Estos sellos no solamente controlan los ingredientes de un cosmético que aparecen detallados en el listado de ingredientes INCI (Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos), sino todo el proceso de fabricación en su relación al medio ambiente, sus embalajes y la garantía de ser de comercio justo.
Si, el tema de los sellos es un lío padre, queremos ponértelo fácil. Un sello no es que aparezcan las palabras “libre de parabenos” (mucho cuidado con esto por los productos que se usan en sustitución de los parabenos), “bio”, “natural”, “eco”. Por desgracia, aún no se penaliza con contundencia el uso indiscriminado de estos términos en un producto.

Mira este collage, en el que verás las principales certificadoras oficiales, los logotipos que debes buscar (no son los únicos) y que vas a encontrar en los productos de nuestra tienda. Al margen de las sutiles diferencias entre ellos, todos estos sellos garantizan la ausencia de químicos nocivos y el control de calidad en la fabricación.

certificadoras


Como seguro sabes, no todos los cosméticos econaturales tienen el mismo porcentaje de principios activos y ecológicos. Cada certificación, da idea sobre las características del producto, y más allá de valorar si es mejor o peor lo que queremos es que tú, como consumidor dispongas del máximo de información para decidir qué consumir.
Estaremos encantados de conversar, de ampliar información, por cualquiera de los canales con los que nos puedes contactar. Porque este mundillo…¡es profundillo! Pero como expertos estamos a tu disposición y además podemos facilitarte diversas herramientas para tu autoconocimiento del tema.